«Vivir el sueño es lo peor de lo peor, tarde o temprano sonará el despertador» canta Alba Morena, con un timbre tan divino que casi la hace parecer una frase optimista. Y no es de extrañar, porque toda la magia emocional que contiene la voz de esta joven cantautora tarraconense oriunda de Salou, se hace cargo magistralmente de iluminar la nostalgia propia del Lorenzini más introspectivo.
Lejos de casa, el dibujante y músico chileno cuelga el traje y la gomina de «Como un Guiri en Barcelona» para mostrarnos su lado más vulnerable y melancólico, en una composición mántrica llena de tiempos impredecibles como los que corren. En una suerte de báscula rítmica construida en base a loops (o «bucles» como son llamados en España), pareciera que el equilibrio del texto y toda su inseguridad tuviera eco en el compás, el cual nunca termina de decidirse entre un anglosajón cuatro cuartos y un latino seis octavos. Nada nuevo para Alba, quien habiendo debutado con su elogiado disco solista «Las Dos Edades», en el cual mezcla lo directo de lo urbano con la sofisticación del flamenco y el jazz, tiene credenciales de sobra para zigzaguear musicalmente sobre el lado más experimental del también llamado trovador retro-futurista.
El psicodélico videoclip de «Fachada Continua» ya se encuentra disponible en youtube. Realizado bajo el alero del colectivo llamado La Cumbia Mapache, la destacada artista visual chilena Pilar Quinteros une fuerzas junto al director audiovisual Patricio Blanche para armar una delirante narración que pareciera hacer referencias en un loop interminable a iconos chilenos de la pantalla chica como Pin Pon, los Venegas, Tevito, Pipiripao, Conejito Tv o Patio Plum. Filmado en Barcelona, el videoclip cuenta con pop-ups de tamaño natural construidos en cartón por Pilar Quinteros, los cuales parecieran estar siempre a punto de colapsar como un eco visual a la vulnerabilidad de la canción. Esto no es nuevo para Quinteros, quien ya es conocida por sus estructuras inestables y efímeras hechas de materiales cotidianos que la han llevado a exponer en galerías y museos de lugares tan disímiles como Brazil, Grecia, Argentina, Londres o Ucrania. Gracias a su experiencia en intervenciones del espacio publico, el videoclip fue realizado en la calle misma, armando un set portátil para grabar una suerte despacho televisivo de tintes infantiles y surrealistas. Por su lado, la edición de Patricio Blanche intenta reforzar la idea del bucle, de la repetición, del eterno retorno presente en las fachadas continuas que cita la canción, haciendo de Alba Morena y Diego Lorenzini un mismo personaje que se encuentra y se pierde una y otra vez a si mismo. Por si esto fuera poco, cuenta con grabaciones bajo las agua del mediterraneo con un Lorenzini buscando un ukelele que colapsa en sus manos, y de una presentación de ambos músicos tocando en vivo frente a La Sagrada Familia, la fachada más emblemática de la ciudad condal.