Por Janine Aravena
Fotos: Jorge Peña
Con el objetivo de presentar su sexto disco de estudio, “Talk Memory”, la banda canadiense con base en el jazz y sus distintas variantes estilísticas, volvió a Chile como un proyecto consagrado, luego de trabajos que han ido creciendo con el tiempo, igual que el público que llenó el Teatro Coliseo en su más reciente visita al país.
¿Puede ser que el efecto del encierro, el aislamiento y la pandemia nos haya acercado a sonidos más contemplativos, como los de BadBadNotGood? La emocionante noche del pasado 30 de mayo sería una muestra de que las buenas ideas son capaces de atravesar los límites, y que la propuesta de Matthew Tavares (teclado), Chester Hansen (bajo), Leland Whitty (saxo, guitarra) y Alexander Sowinski (batería) merece todo el reconocimiento recibido hasta acá por su calidad compositiva y las sobresalientes combinaciones que han conseguido en el camino.
Con una antesala que lideró el destacado dj y productor nacional, djdementira, a las 21 hrs. en punto comenzaba a moverse la cortina mientras de fondo se alcanzó a escuchar la intro de ‘Hijos de la Tierra’ de Los Jaivas, y ‘War Pigs’, pieza fundamental en la discografía de Black Sabbath, adelantando una noche de sonidos clásicos y de nuevas apuestas.
Tras un manto de luces y proyecciones que permanecieron como protagonistas de la jornada, la pericia cinematográfica y musical de BadBadNotGood partió casi en la oscuridad con ‘Signal From the Noise’, primer track de su último álbum del 2021, “Talk Memory”, trabajo que los llevó de vuelta a los orígenes del jazz de libre improvisación.
Enseguida, vino una de las sorpresas de la noche: el cover al productor Kaytranada y su tema ‘Lite Spots’, incluida en su excelente “99.9%” (2016), disco que presenta joyas como la colaboración con los propios canadienses, llamada ‘Weight Off’, o con Syd en ‘You’re the one’.
Luego de esto, arrancó oficialmente la celebración y el viaje por las distintas pulsaciones que ofrece “Talk Memory”, registro que los trae a Chile por tercera vez. Con la ya clásica participación de compositores y arreglistas como el brasileño Arthur Verocai, la placa invita a recorrer distintas emociones a través de melodías que se mueven como olas, entre momentos altos y bajos, conectando puntos de euforia con otros de introspección.
Mientras Tavares era clave para acompañar los estados anímicos desde el teclado en pasajes como ‘Beside Abril’, Whitty intercambiaba con rigurosidad roles en el saxo y la guitarra eléctrica, brillando en temas como ‘Unfolding (Momentum 73)’, y Hansen se lucía en la base rítmica junto a Sowinski, quien comandaba el micrófono e interactuaba constantemente con el público desde su impetuosa batería.
Así, el cuarteto fue entregando una noche de instrumentistas precisos en su obra, y que disfrutan de su labor; llevarnos de paseo por distintos escenarios mentales, emocionales y sensoriales. Esos mismos que se pueden terminar de moldear con imágenes, recuerdos o con los estímulos de una noche especial.
A pesar de la falta de espacios y públicos para el desarrollo de nichos vinculados a estilos específicos como el jazz, y sin considerar el contexto socioeconómico que estamos enfrentando, algo tiene que estar funcionando muy bien para que conciertos como el de BadBadNotGood sean un éxito, además de una experiencia que convoca y hace bailar, sentir y disfrutar a miles de personas.
¿Podría ser, también, señal de una invitación mucho más profunda que extienden a través de su música? La resonancia de un llamado a experimentar con las estructuras, rompiéndolas o no, o a explorar nuestro propio potencial, pero ojalá divirtiéndonos en el proceso.
